Cristian Ruíz Escalona - Teniente 2° de la 2Cia de Bomberos de Peñaflor

LÍDERES INNATOS, LIDERAZGOS NATURALES

Hoy en día, se habla mucho del concepto de liderazgo, en el cual todos desean ser reconocidos como líderes. Algunos desde la teoría o la práctica en distintos ámbitos desarrollan sus fundamentos, se han creado institutos, escuelas, diferentes visiones, mentores, formadores experimentados y otros no tanto. Nunca se había percibido tanto análisis y cantidades de reflexiones sobre el liderazgo, inmediatamente asociado como modelo al trabajo de equipo, el que por supuesto es tácito ya que sin este, no existen los líderes o el liderazgo, salvo en el importante desarrollo individual. Pero lo que si hoy es muy seguro, es que cada día más adeptos desean ser percibidos o destacados como LÍDERES.

Acompañado de esta reflexión y por diferentes circunstancias, he podido convivir con numerosos líderes, participando en el ámbito laboral, formando también a muchos, les he visto de alguna forma crecer más y a otros tantos que he podido conocer en el ámbito bomberil, con trabajos organizados en diferentes etapas, creando el desarrollo de fundamentos, intercambiando experiencias, diseñando o creando modalidades actualizadas, pudiendo ejercer siempre con rigurosa experiencia hacia nuevas técnicas y herramientas e integrando con ello, nuevos programas y planes de trabajo, dirigidos a ese tan ansiado liderazgo y trabajo de equipo, incluyendo diferentes grupos etarios, hacia brigadas (jóvenes cadetes bomberiles) y a bomberos.

Me preguntaba desde lo anteriormente expuesto sobre qué percepción puede haber con el líder innato, aquel que capta por su riqueza y valores, el que se autogestiona en un alcance muy rápido en el significado referido hacia el verdadero sentido del liderazgo, aquel que dinamiza siempre un desarrollo en su formación, el que desea superarse a sí mismo multiplicando generosamente hacia el resto. ¿Qué percepción de él o de ella tiene el mundo externo, la comunidad o el mismo estado?

Esa reflexión, hizo sentirme privilegiado y agradecido, porque la vida ha sido la cual marcó conocer la escuela más apta de formación de líderes, aquellos seres, que hoy son admirados, porque lo dan todo. Aquellos hombres y mujeres, algunos niños y adolescentes, donde su alma les conmueve al sentirse bomberos y bomberas o que alguna vez llevaron el ideal cada día más alto.

Esa escuela está inserta en el bombero chileno, porque el valor más alto que se logra desarrollar, es su generosidad en servir primero. ¿Cuánto aprendizaje podrían tener otros estamentos que buscan colgarse un título tan poco común hoy en día, como el de servidor público, carácter tan escaso de encontrar?

En aquellos líderes que nombramos, sus virtudes son naturales, de ahí que por ello ese liderazgo debe ser mayormente protegido, cuidado y orientado. Tantas historias de bomberos, muchas quizás con las diferencias propias del humano, pero enaltecidas siempre por servir mejor, por la entrega o prudentemente en el respeto en un resguardo único de sus propios principios, por ello decía un antiguo bombero: «Nunca lo serán aquellos que se ríen o burlan de la espontaneidad y alegría del bombero». También ese noble servidor y bombero, dijo en 1933:

«Es necesario que los hombres que prestan sus servicios a un Cuerpo de Bomberos o Compañía de Bomberos voluntarios, sean ante todo generosos, nobles, abnegados y de una conducta irreprochable. Sin cualquiera de estas condiciones o virtudes, los individuos se eliminan por sí solos, eliminando de esta manera los egoístas aquellos que toman nuestro oficio como un simple pasatiempo, los que suelen sonreír burlescamente ante las diversas manifestaciones espontáneas del alma bomberil, que al ser sincera y verídica, ha de poseer la pureza del hombre sano de espíritu, del adolescente o del niño que desconoce la maldad y que todo lo encuentra bueno, amable. Eliminase a su vez automáticamente los hombres cómodos o indiferentes, aquellos para quienes la vida, no es ni siquiera un sacrificio nimio en pro de los demás». Esta cita corresponde a un fragmento de don Alberto Ried Silva, 17 Septiembre 1933, Fundador Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.

Hoy los bomberos siguen siendo líderes innatos, porque están formados en una escuela de valor y grandes virtudes, homenajear a tantos sería un tiempo infinito en este país.

Hace unos dos meses aproximadamente, uno de ellos, joven Teniente Segundo de la Segunda Cia de Bomberos de Peñaflor, Cristian Ruiz Escalona, salvó a dos niños de fallecer electrocutados en una piscina de una residencia en Buin. En el momento oportuno en el lugar dispuesto desde lo alto para salvar a los dos pequeños de la muerte, escuchó en su portátil radiotransmisor dicha emergencia. En esa característica ejemplar, resumió cual es su vocación. A Cristian lo conozco desde los dos años, a esa edad ya andaba con un casco rojo plástico de juguete, jugaba con bombas que le regalaba su papá, también bombero y sus tíos. Creció fuertemente arraigado a historias de bomberos, su vocación se veía de niño y adolescente, su ideal estaba marcado en generosidad y entrega, en liderazgo innato y natural. ¿Fue su familia o también su abuelo bombero? o ¿Solo fue el ímpetu como tantos otros que al no provenir de familia bomberil, nacen con esa vocación, liderazgos naturales que se afianzan en la vida?

Cristian no escatimó en acudir, cambió su rumbo porque un bombero es las veinticuatro horas del día, una diferencia muy concreta en el utópico caso que bomberos en este país sean remunerados, el resultado para esos niños y sus familias habría sido diferente y lamentable. Donde alguien necesita ayuda, siempre habrá más de un voluntario dispuesto a salvar vidas, como Cristian y otros tantos, él es padre de familia, tiene 28 años y dos hijos. Su liderazgo es innato, su compromiso en el servicio es mayor, a los 28 años ya creó su pyme y sus días y noches se hacen más largo que el de muchos otros chilenos.

Cómo no reflexionar, si la vida regala tantas situaciones para seguir atesorando en tantos líderes bomberiles, aquellos activos y honorarios, aquellos que ya partieron y dieron su vida como la Voluntaria Yessenia Muñoz (QEPD) en el sector de Santa Juana por últimos incendios o el voluntario de Calama que acudió al rescate de unos turistas extranjeros en el sector de San Pedro de Atacama, Voluntario Miguel Ángel González (QEPD), convirtiéndose en los últimos mártires de bomberos en Chile.

Hay siempre un programa para mejorar y diseñar, para hacer fortalecer el LIDERAZGO, pero hay una escuela que ya es avanzada, donde la toma de decisiones es al instante, en riesgo e ideal, lo que reafirma una toma de decisiones bajo presión, por un interés mayor de salvar vidas y bienes, por ello, el resto de decisiones en ámbitos laborales, profesionales, sin duda tienen un sustento bastante más fácil, de los que se va formando un bombero.

¡Vivan los líderes innatos y naturales, que se multipliquen por doquier! ¡Vivan los que estuvieron y aún trabajan en el Sur de Chile y los que están atentos en sus propios cuarteles, trabajando para hacer de su país un ejemplo vivo del verdadero y generoso liderazgo!

Las empresas que piensan que pierden una semana de trabajo con algunos de aquellos bomberos que acudieron a una gran emergencia, no saben que pierden a los líderes más valiosos, en visión, en gestión, en manejo de recursos y sobre todo en el compromiso, que va mucho más allá de lo inmediato.

Jorge Flores Chieng – Jiusan

Fotografía: Cristian Ruíz Escalona / Teniente 2° de la 2Cia de Bomberos de Peñaflor, recibiendo el reconocimiento de Bomberos de Chile a través de su Presidente Juan Carlos Field.

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